lunes, 14 de diciembre de 2009

Del Oriente al oriente

Editorial
Extraído de la primera aparición
del Boletín ACIA (Periódico mural). Septiembre-octubre 2005
Fabián Robles.


Hace unos meses tuve la oportunidad de presenciar una excelsa interpretación de la ópera de Giacomo Puccini (1858 - 1924) llamada Turandot. La cual se desarrolla en Pekín, en una época indeterminada y en la cual se cuenta la historia de una princesa que ha de ser desposada por algún noble que pase por ciertas pruebas (adivinanzas) y en la que, quienes no lograran adivinar tendrían que ser ejecutados pagando con su vida sus altas pretensiones. En esta historia, completamente escrita en italiano, se contraponen el imperio chino y el persa, sin embargo, no se ve que haya un conocimiento real de ninguna de estas culturas. Se muestra a la China a través de la actitud de Turandot como impenetrable, fría y cruel; y a Persia como astuta y vengativa en la actitud de Calaf.
A pesar de ser una creación de principios del siglo XX, en Turandot se deja ver el estereotipo medieval de que el “Oriente” está habitado por razas bárbaras, con culturas “pueriles”, que necesitan ser “civilizadas” por los occidentales. Se deja ver la concepción de que en el Oriente no pasa nada y no existe historia, ni tiempo real, ni desarrollo. En fin, parecería que para conocer el Oriente no es necesario ningún contacto directo con el Oriente mismo sino más bien hay que explorar lo que Occidente quiere conocer o decir de Oriente.
Esta dualidad de términos ha sido muy cómoda durante siglos para los autodenominados occidentales, ya que el término “Oriente” –con mayúscula– es un recipiente para guardar conceptos discriminatorios como barbarie, fundamentalismo y violencia en contraposición de la educación, la libertad y la paz de “Occidente”. Para crear al Oriente los occidentales medievales sólo tenían que construir la imagen del otro, del no cristiano, de aquél que no querían ser, del que tenían que cuidarse y del que debía ser dominado –o educado– con la panacea de la “civilización” europea. El Oriente, no es un término geográfico, pues se les ha dicho orientales a los árabes, a los chinos, a los indios, pero también a los africanos y hasta a los indígenas americanos. En fin, si el término “Oriente” no es peyorativo, ¿podríamos decir también que la Italia de Puccini se trata de un “país oriental” solo por estar al oriente de México?...
Esta reflexión podría prolongarse por páginas y páginas pero, ¿qué tiene que ver la visión medieval de los europeos con el mundo moderno y globalizado?, pues basta con asomarnos al violento inicio del siglo XXI en el que a raíz de un ataque terrorista a un símbolo del poderío estadounidense se comenzó una ola de agresiones a países asiáticos indefensos, pero “necesitados” de la mano “democratizadora y libertadora” de la potencia occidental para ser sacados del error en el que viven por el fundamentalismo islámico y por sus gobiernos despóticos.
La retórica –creada por Occidente– de la libertad y la democracia en contraposición con la tiranía oriental ha tenido mucho éxito para los políticos del nuevo siglo. Parece que en nuestros días, conocemos de oriente lo que se nos dice en inglés o en francés, si se habla de países orientales en Discovery Channel se muestran comunidades de extrema pobreza y las grandes ciudades de vastos intercambios económicos que no estén en Norteamérica o en Europa son vistas como expresiones aisladas e incidentales de progreso.
En los más de dos años y medio que tiene el proyecto ACIA, en más de una ocasión me han preguntado: “¿Porqué estudiar a las culturas de Asia?”, y otras veces he escuchado: “¡Qué original idea, una escuela de idiomas orientales!”. Pero el trasfondo de emprender tal esfuerzo por difundir la pluralidad de formas de comunicarse que hay en el mundo no es más que el anhelo de dar a las personas de nuestro país los elementos para entenderse directamente con la gente de otras nacionalidades, sin intermediarios.
En ACIA pretendemos escaparnos de la mal intencionada postura dialéctica de Oriente y Occidente para emprender un esfuerzo de entendimiento directo y real, de personas reales a personas reales y concientes de la pluralidad de expresiones que tiene la humanidad.
Los mexicanos tenemos cada día más relación con los asiáticos, es decir con una buena cantidad de países, de idiomas y de formas de ver la vida, por ello es conveniente ir quitando el velo de impenetrabilidad y el misterio del estereotipo de lo “oriental” para pasar a una o a muchas visiones más objetivas y directas de los que son las culturas que nos influyen para verlas con claridad y para entendernos más a nosotros mismos.
La intención de este boletín es mostrar las actividades relacionadas con el proyecto ACIA, que se van llevando a cabo a manos de su comunidad, sin pretensiones políticas o ideológicas, en el Boletín ACIA, nos referimos a culturas, a tradiciones y a formas de pensar. El único oriente del que hablamos se escribe con minúscula y es una simple referencia geográfica dentro un planeta esférico que no comienza ni termina en ningún lugar.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Ahora en Tlalnepantla también se habla chino

Guillermo Espinosa Mendoza

Para muchos habitantes del municipio de Tlalnepantla, el pasado martes 15 de septiembre
tuvo un significado especial y es que ese día se cumplió un año de la firma del Acuerdo de
Hermandad establecido entre la ciudad china de Ma’anshan y el municipio de Tlalnepantla.

El 15 de septiembre del 2008 en Tlalnepantla de Baz, Edo. de México, el Presidente Municipal, Marco Antonio Rodríguez, y la Vicealcaldesa de Ma’anshan, Wang Xiaoyan,
se reunieron en el Salón del Pueblo para firmar el Acuerdo de Hermanamiento, el cual representa el comienzo de una nueva etapa en las relaciones entre ambas ciudades. Con motivo de la firma de este acuerdo, ese mismo día se inauguró en Tlalnepantla el Jardín Ma’anshan, un parque ubicado en el Rosario 1er sector CROC; en este lugar se colocó una placa alusiva al convenio. Cabe señalar que el municipio de Tlalnepantla ya había firmado
anteriormente un Acuerdo de Hermandad con la ciudad norteamericana de Wichita, Kansas; por su parte, la ciudad de Ma’anshan también ha firmado ya un Hermanamiento con otras 7 ciudades, entre las que se encuentra la ciudad de Monterrey,
Nuevo León.

Ma’anshan (马鞍山) nombre que significa “Montaña de la silla de montar” es una ciudad ubicada en la provincia oriental de Anhui, a orillas del río Yangtze. Está considerada como una de las ciudades con mayor crecimiento económico de China debido, entre otras razones, a su cercanía con Shanghai, motor de la economía china. Ma’anshan se comunica con el municipio de Shanghai através de un gran puerto fluvial y una autopista que permite desplazarse entre ambas ciudades en menos de 3 horas. Asimismo se le ha reconocido como una de las “10 ciudades verdes de China” debido al éxito de las políticas medioambientales puestas en marcha por el gobierno local.

Las muestras del incremento en el dinamismo de las relaciones Tlalnepantla-Ma’anshan no se hicieron esperar y el miércoles 17 de septiembre de 2008 se inauguró la 2ª Expo México-China en el Centro de Convenciones de Tlalnepantla; al día siguiente se llevó a cabo un desayuno con las delegaciones de Ma’anshan y Wichita en el Instituto Tecnológico de Tlalnepantla (ITTLA). Vale la pena mencionar que con motivo del convenio el ITTLA comenzaron a impartir cursos de chino mandarin en su centro de idiomas, dado que se espera que la institución sea punto central del intercambio académico entre ambas ciudades. Meses después, el 30 de marzo del 2009 una delegación compuesta por 16 funcionarios y artistas provenientes de Ma’anshan, visitó el ITTLA, en donde fueron recibidos por el director del Instituto, el Ing. Oscar Castellanos y por el C.P. Héctor Ángel Aguilera, Director de promoción económica de Tlalnepantla; en respuesta Deng Haochuan, Subdirector general de comunicación y difusión de Ma’anshan agradeció a nombre del grupo la calurosa bienvenida. Sin embargo, a un año de la firma del Acuerdo de Hermandad entre Ma’anshan y Tlalnepantla, aún no es posible vislumbrar los efectos que dicho convenio tendrá a largo plazo; si bien a raíz de la firma de este acuerdo el municipio de Tlalnepantla cuenta ya con oficinas de representación en la ciudad de Beijing, el cambio de gobierno en el municipio mexiquense hace que el panorama
luzca un tanto incierto.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Los samuráis de México



Una historia en viñetas

Juan Antonio Yáñez

Dicen los antropólogos que los mitos son “historias que anteceden a la historia”; narra­ciones que cuentan los orígenes del mundo en el que viven aquellos a quienes están dirigidas. Los mitos dotan a los miembros de un grupo de una identidad colectiva. Fue pen­sando en esto que al leer la versión en español de Los samuráis de México (サムライたちのメキシコ), me quedó clara la importan­cia que muchos le dan a mantener un consenso sobre el pasado.

Los samuráis de México es una historieta o manga que condensa la investigación de Ueno Hisashi, ex embajador de Japón en México. Ueno estudió la historia de la primera migración japonesa a México. Su trabajo entusiasmó a muchas personas que pronto se involucraron en el proyecto de adaptación al manga que vio la luz en Japón en 2008. En éste, uno puede encontrar eventos clave en la migración como los errores de planeación y el legado de personajes que hoy son figuras míticas en varias ciudades de Chiapas. Aunque sus nombres no dirán mucho a los lectores, se darán cuenta que los 36 integrantes de este experimento migratorio sembraron una semilla, fueron los portadores de un arquetipo japonés que los autores resaltan en todo momento. Aunque tal arquetipo ya se ha puesto en tela de juicio, no se puede criticar su función en este guión encaminado a contar una histo­ria conmovedora.

Finalmente, pasando por alto uno que otro estereotipo del “mexi­cano” y el uso en la traducción de un sociolecto que no concuerda con el contexto de la historia, es cierto que Los samuráis de México atrapa y conserva un mito fundacional que da sentido al presente de la comu­nidad japonesa en México. La versión en español puede adquirirse en la Asociación México Japonesa entre otros sitios.
No se lo pierdan.

Fonología china


Fabián Robles

En los últimos años cada vez más ojos y más oídos voltean al tan mitificado mandarín. Al acercarse por vez primera, muchos piensan que lo difícil del chino es su escritura, pero al encontrarse con sus sonidos se topan con una dificultad que no tenían prevista.
Preguntan, –cuál es la letra “a”–, pensando en que el chino se trata de un mundo paralelo al nuestro. Pero, son dos idiomas en uno. Hay quienes pien­san: –si uno escribe español, entonces habla español–. Pero no por escribir chino se habla chino.

Muchas culturas antiguas dicen que el sonido no se puede atrapar ni conservar, ya que cuando termina desaparece, no lo escuchamos más. Sin embargo nos las hemos ingeniado para guardarlo, para que no se nos vaya cuando termine, por eso las palabras habladas son mágicas para muchos pueblos. Hoy tenemos letras y grabaciones para volver a producirlo pero todavía no podemos hacer que las palabras queden quietas.
En el caso del chino, con un sistema transliterativo (que no trans­criptivo) como el pinyin, los mexicanos enfrentamos graves confusio­nes. Que si no hay /b/ entonces porque la “b” se pronuncia /p/, etc.
Hace falta que alguien nos explique en español cómo funciona el chino, qué cosas coinciden con nuestra lengua y cuáles son totalmente nuevas y distintas.

La fonética (语音yuyin) se ocupa de describir los sonidos del habla humana a partir de la descripción de su producción, toma como base los órganos que participan en la producción del sonido, la forma en que el aire circula o se interrumpe y los elementos físicos relacionados al habla humana y así los clasifica. Por otro lado, los usos y estructuras sonoros en cada idioma y cultura son campo de la fonología (音韵学yunyunxue). La fonología es una rama de la lingüística y depende de la fonética.
Analizar los sonidos del chino es un tema complejo. Por ello, quere­mos presentarles el nuevo libro de Maximiano Cortés: Fonología china.

Cortés clasifica el sistema de pronunciación chino. No es un ma­nual con ejercicios, es una descripción de los aspectos esenciales de la fonología china, y una breve comparación con el español. A través de elementos de la técnica fonética y fonológica hace un recorrido por el chino mandarín y por su tradición lingüística complementada con la fonética occidental. Hacía falta un trabajo como este en español.
Este libro es para hacer “el camino un poco más llano e ilumi­nado a aquellos lingüistas que empiezan a descubrir el chino, como a aquellos otros lectores que ya han emprendido el aprendizaje de la lengua más hablada del mundo” y es una lectura muy recomendada, claro es de Herder.


Links:

Gamarjobat




Mai Kawabata


Gamarjobat es un talentoso dúo de mimos japoneses, conformado por Ketch! de mohicano rojo y HIRO-PON de mohicano amarillo. Únicos desde su forma de expresión hasta en la forma en la que se visten: influenciados por la música punk y el rock ´n roll. Comenzaron su carrera como mimos de manera individual, hasta que en un festival de pantomima en Japón tuvieron la oportunidad de conocerse. Realizan su espectáculo como gamarjobat desde hace diez años, y este mes celebran su aniversario con una función especial en Japón. Se caracterizan por tener un sentido del humor elegante, y por llevar un espectáculo que rompe fronteras de culturas y lenguajes, pues son ¡mimos! Cabe destacar que son considerados como dos de los “japoneses más respetados del mundo” por la revista Newsweek Japan.
La palabra gamarjobat significa “hola” en georgiano, decidieron ponerse así, pues en un festival celebrado en Alemania, conocieron un grupo de niños performers de Georgia. Ellos trataron de comunicarse con los niños, pero ni Ketch! ni HIRO-PON hablan georgiano, y los niños no hablaban inglés. Así que después de muchos momentos de esfuerzo lograron entender que gamarjobat significa “hola”, desde ese momento comenzaron a utilizar esta palabra para todo; para TODO. Cuando la comida era muy buena, cuando querían saludarse en la mañana, cuando querían despedirse después de sus presentaciones, para todo emplearon la palabra gamarjobat con los niños georgianos, y aunque suene absurdo, lograron establecer un vínculo impresionante. Después de esta experiencia, tanto Ketch! como HIRO-PON se dieron cuenta de que para comunicarse no necesitaban muchas palabras, pues ellos creen que lo más importante es lo que se trasmite a la esencia del ser humano. Además les gustó mucho el sonido mismo de la palabra gamarjobat .
Gamarjobat le está dando un giro a lo que conocemos como pantomima. La pantomima, no es hacer ademanes. La pantomima le habla a la esencia del ser humano, es trasmitir lo que nosotros sentimos al espectador. Además, lo que deseamos es cambiar los prejuicios que existen hacia ésta. Cuando se habla de pantomima, la gente se imagina a una persona con la cara pintada de blanco y vestido con una media que cubre todo su cuerpo, con gestos tristes o melancólicos. Nosotros creemos que eso es sólo una pequeña parte de ella, así que queremos mostrar lo que realmente es la pantomima comentó HIRO-PON.
Estuvieron en México por primera vez presentando su show llamado “ロッケンロールペンギン (Pingüino Rock n Roll)”, show con el que han viajado por todo el mundo y se han ganado el aplauso y el corazón de miles de personas. México es el vigésimo sexto país en el que se presentaron y parece ser que se han llevado una muy buena impresión del público mexicano. Muy alegres, cálidos. Y sobre todo tienen una gran capacidad de entender la comedia, eso quiere decir que tienen muy buena imaginación. Ya hemos estado en países de habla hispana, así que ya teníamos una idea de cómo iba a ser el público, pero nada es seguro hasta que realmente se realiza el espectáculo. Es un muy buen público, ¡nos encantaría regresar! Pero ahora con un show distinto al que trajimos esta vez. Nosotros tenemos un espectáculo en el que solos interpretamos a varios personajes creando una historia completa. Es la otra parte de Gamarjobat que nos gustaría conocieran dijo Ketch. El show que trajeron esta vez a nuestro país fue netamente de entretenimiento, ellos le llaman “Silent Comedy (comedia silenciosa)”, aunque nada silenciosa por todas las risas que se escuchan durante el show. Además, utilizando el bajo y la guitarra ambientaron con la tan famosa canción “Tequila”. Ellos involucraron cien por ciento al público presente, siendo algo totalmente novedoso para el público mexicano. Son un dúo tan espontáneo que cualquier detalle es el objeto ideal para hacer divertir al público, a los entrevistadores, a los conductores, a los medios, a los camarógrafos, y hasta a ellos mismos. Curiosamente este año se celebran los cuatrocientos años de amistad entre México y Japón, así que este año fue especial tanto para la comunidad japonesa en México y la comunidad mexicana en Japón, como para Gamarjobat.

Enlaces:

http://www.youtube.com/watch?v=uX58vRgC3Zw
http://www.gamarjobat.com/
http://gamarjobat.cocolog-nifty.com/blog/

La migración coreana a México

Elizabeth Salomón Cabrera

Una breve reseña histórica.

Hoy día es común escuchar hablar de la comunidad coreana residente en México. Este complejo grupo de personas comenzó a formarse hace poco más de 100 años, sin embargo, lo que actualmente conocemos como “comunidad coreana” es de formación y consolidación relativamente recientes.
A partir de mediados del siglo 19, los coreanos comenzaron a emigrar a otros países por diversas razones, haciéndolo en ocasiones en forma de oleada. Una de esas oleadas, compuesta de 1033 personas procedentes de zonas urbanas como Seúl, Incheon y Su-won, llegó a México en 1905 gracias a la política migratoria de Porfirio Díaz que favoreció la llegada de mano de obra asiática y europea a nuestro país. Esos 802 hombres y 231 mujeres y niños desembarcaron en el puerto de Salina Cruz, Oaxaca para ir a trabajar en los campos de henequén en Yucatán.
A pesar de la magnitud de esta primera oleada migratoria, la llegada de coreanos a México se detuvo por cerca de 70 años. De hecho, aún fueron muy pocos los coreanos que llegaron a México durante los años siguientes al establecimiento formal de relaciones diplomáticas entre Corea y México.
La migración coreana contemporánea a México (es decir, la reactivación de este fenómeno) inició hace poco más de cuarenta años. Sin embargo, para 1989 sólo 64 familias y unas 15 personas solteras procedentes de aquel país se habían asentado definitivamente en la Ciudad de México, así como una cantidad similar en Guadalajara. La mayoría de ellos llegó para estudiar en la UNAM y la Universidad Iberoamericana, otros eran profesores de algún arte marcial o ejecutivos enviados por empresas coreanas para fines comerciales. Sólo unos pocos llegaron con propósito directamente migratorio.
La comunidad coreana comenzó a tomar su forma actual hace apenas unos 17 ó 18 años, durante la década de los 90’s, cuando comenzó una nueva e intensiva migración de coreanos, tanto desde su país como desde otros, principalmente latinoamericanos. Por ejemplo, muchos coreanos llegaron a México desde Argentina, tras la más reciente recesión económica de aquel país.
A la llegada de un mayor número de coreanos, se establecieron iglesias, comercios, escuelas y otros servicios, como restaurantes, dirigidos principalmente a los migrantes, formándose así nuevas comunidades, como la que observamos en la Ciudad de México.
La mayoría de los recién llegados, ya desde entonces, se dedicaban al comercio, tanto al internacional entre Corea y México como al local. Muchos de ellos establecieron rápidamente su propio negocio. En contraste, algunos de los que llegaron siendo jóvenes o quienes vinieron de países sudamericanos, consiguieron empleos en corporaciones coreanas donde se necesitara personal bilingüe en español y coreano.
Aunque la adaptación social de los coreanos en México no ha alcanzado el mismo nivel que en otros países, se estima que en unos pocos años, gracias a sus valores tradicionales, se logrará esta meta.

Para conocer más sobre el tema:
http://www.inegi.org.mx/

http://es.wikipedia.org/wiki/inmigracion_coreana_en_mexico

La infaltable entrada de Wikipedia sobre el tema. Muy breve pero con suficientes datos.

http://karamade.blogspot.com/2006/11/coreanos-en-yucatn-mxico.html

Con útiles datos sobre la historia de las leyes de inmigración mexicanas y ligas de interés acerca de la inmigración coreana.
Hyong-ju Kim, La Experiencia Migratoria de la Nueva Comunidad Coreana en México. En:

ceaa.colmex.mx/estudioscoreanos/images/kim.pdf

Muy recomendable para profundizar en el caso particular de la adaptación social de los migrantes.

jueves, 29 de octubre de 2009

Un poco de letras...

Fabián Robles
RECUPERADO DEL BOLETÍN 2, MAYO-JUNIO DE 2006

En 1962 Marshall McLuhan (1911-1980) publicó su obra La Galaxia Gutenberg, génesis del “homo typographicus”(1), en la cual plantea el impacto que tuvo en la sociedad europea la aparición de la escritura alfabética y más tarde la tipográfica, con la aparición en el siglo XV de la máquina de tipos móviles del impresor de Maguncia, arrinconándonos a la exacerbación del sentido de la vista sobre el tacto y el oído.

En sus eruditos textos, McLuhan, el creador de la idea la “aldea global”, plantea una regresión parcial a la cultura que él llama audiotáctil a través de los medios audiovisuales de la era de la electrónica.

Además de McLuhan se han elaborado diversos análisis sobre los cambios en las estructuras mentales y sociales a partir de la llegada de la escritura. La concepción de la escritura como una tecnología que ha tenido gran impacto en la forma de vida de las sociedades se ha diversificado también a través de trabajos de otros autores como Ong(2).

Además del secular proceso de transformación del pensamiento desde la tradición oral hasta la escritura, McLuhan indaga sobre los factores que hacen diferente a la escritura alfabética (latina), estrictamente fonética y de letras individuales que además es común a los idiomas europeos. Sin embargo, se niega a aceptar que el impacto de la escritura alfabética y de la imprenta europea sea el mismo en cualquier cultura.

Al referirse a China se apoya en Kennet Scott para decir que la imprenta inventada hacia el siglo “VII u VIII” no tuvo el mismo impacto que en Europa por carecer del acicate de una revolución industrial y afirma que
“entre los chinos, el propósito de la imprenta no fue la creación de productos uniformes y repetidos para un mercado y un sistema de precios. La imprenta fue una variante de sus ruedas para rezar, un medio visual para multiplicar sus ensalmos mágicos, al modo de la publicidad en nuestros tiempos.” (p.59)

Ante este eurocentrismo cuasi peyorativo, podemos decir que la escritura china es visual y fonética, es un metalenguaje gráfico que no necesita necesariamente ser pronunciado y por ello permite que tantas letras sean un camino más práctico para la comunicación entre poblaciones numerosas, en territorios vastos y dialectos e idiomas que hablados son muy diversos pero que tienen un punto que les sirve a la vez de comunión y de ancla: la escritura. Por lo tanto es lógico que la imprenta china esté más cerca de las técnicas de grabado de dibujos que de los tipos móviles y repetibles.

En contraste con los ideogramas, la escritura alfabética tipográfica y la teoría de la legibilidad, están pensadas para no distraer a quien lee con la forma de las letras, haciéndolas sencillas y repetibles, por ello a pesar de ser visual, la lectura alfabética atrofia la percepción de la forma, es decir, cuanto menos nos distraigamos en observar cómo está dibujada cada letra, más nos concentraremos en el contenido, y así arrinconaremos a la psique en la simple reproducción lineal del sonido que podrían haber tenido las palabras contenidas en las letras. (Lo cual no necesariamente contradice a McLuhan).

McLuhan continúa así: “el ideograma no determina la separación y especialización de nuestros sentidos, la escisión de la vista y el sonido, ni la significación que son la clave del alfabeto fonético”. (p.59)

Si McLuhan nos hubiera acompañado un poco más en este mundo habría visto los sistemas de cómputo basados en iconos, es decir, en comunicación suprafonética al estilo de los caracteres chinos. La ventaja de la escritura ideográfica sobre la fonética es que no se desdeña a la comunicación visual y se depende menos del habla, se trata de un metalenguaje
visual.

La escritura china fue adoptada por los idiomas japonés, coreano y vietnamita. En nuestros días, en el caso de los dos primeros, más de 70 por ciento de su léxico tiene raíz en el chino, aunque sus gramáticas sean muy lejanas.

En el caso de la escritura coreana, el hangul, fue diseñado (entre 1444 y 1446) para trascender los miles de caracteres chinos (hanja) y hacer posible la representación gráfica muy sencilla de una fonética tan complicada como la del coreano. La especial característica del hangul es que se trata de un sistema de letras uniformes y repetitivas. Según Labarre (3) (p.63), ni la imprenta china, ni la imprenta coreana de tipos móviles y mecánicos del siglo XIII son mencionadas en ningún texto occidental y por lo tanto sería muy osado aseverar que Gutenberg se inspirara en ellas. Pero lo que sí se puede ver claramente es que la viabilidad de los tipos móviles en Asia, fue posible gracias al hangul.

Sin embargo, no por el simple hecho de ser una escritura fonética y de tipos móviles, el hangul ha tenido el mismo impacto que el alfabeto latino ya que está diseñado para coexistir con las letras chinas, por lo cual los caracteres se agrupan por palabras o sílabas, lo que les resta la individualidad del abecedario, aún hoy en que la escritura china es ya muy poco común en Corea. Los elementos para determinar el impacto de la escritura en las culturas humanas son muchos y complejos, pero es evidente que la escritura latina no es la más impactante y no necesariaomente es la más universal.§

Referencias:

1 McLuhan, Marshall. La Galaxia Gutenberg, génesis del “homo typographicus”. Aguilar, Madrid, España, 1962.
2 Ong, Walter. Oralidad y Escrtura, tecnologías de la palabra. México, FCE, 1982.
3 Labarre, Albert. Historia del libro. México, Siglo XXI, 2002.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Mono en concierto: un lunes de post-rock japonés en la Ciudad de México.



Juan Antonio Yáñez

Siendo alguien que creció escuchando rock, la primera vez que me encontré con el concepto post-rock mi postura fue bastante renuente. El hecho de crear con instrumentos típicos de este género, sonidos tan distintos a los que estaba acostumbrado, me hacía fruncir el seño. Además, para mí una parte importantísima del rock era la interpretación del vocalista que le daba personalidad a cada canción; así que la idea de nunca incluir voz en música que parece rock pero no lo es, me parecía algo sin sentido.

Sin embargo, en la medida que lo he escuchado en vivo mi opinión ha cambiado, y ahora estoy convencido de su potencial para atraparme y llevarme a dar un paseo. Esto lo corroboré la noche del 19 de octubre, cuando el cuarteto japonés Mono se presentó por primera vez en México. El Poliforum Cultural Siqueiros no pudo ser un mejor escenario para un primer contacto, casi íntimo, entre los oriundos de Tokio y sus seguidores mexicanos, quienes sin importar la jornada de trabajo y la espera, disfrutaron las casi dos horas de música introspectiva, hipnótica y siempre trágica.

En lo que fue la presentación de su último disco Hymn to the Immortal Wind (2009), Mono demostró su madurez como una de las bandas representativas de un género que no arrastra multitudes. Y es que su música surge de un terreno distinto a la enorme industria japonesa del pop chatarra que ha creado tanta demanda en nuestro país. Aquella fue una noche fría de lunes donde no hubo lugar para coreografías ni sonrisas pueriles. Apenas un par de tibias miradas a un público receptivo a una música que es todo menos “linda” (kawaii). En el diálogo entre Tamaki (bajista) y sus dos guitarristas, Mono entretejió una atmósfera de emociones desnudas, de imágenes oníricas que no todo el mundo sería capaz de mirar de frente y aceptar como suyas.


Tal vez haya quien tenga otra lectura de lo sucedido al interior del Poliforum. Pero finalmente este es a mi juicio, el valor fundamental de lo que Mono ofreció aquella noche: una propuesta adulta, música bella porque es horriblemente humana y libre de todo deber ser.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Mozart en China

Hola queridos melómanos y amantes de la cultura oriental. Les doy la bienvenida de nueva cuenta a esta sección de Kumo 9. Ahora les presento a uno de los grandes exponentes musicales contemporáneos en Asia y el mundo. Hoy hablaremos de Lang Lang.

Nacido en Shenyang, China, comenzó a tomar lecciones de piano a los tres años con el profesor Zhu Yan-Fen. No fue sino hasta dos años después, cuando ganó su primer premio en el Concurso de Música de Shenyang, en la que fue su primera presentación. A los once años, ganó el primer lugar en el cuarto concurso Internacional de Jóvenes Pianistas de Alemania.
Se ha destacado por sus grandes interpretaciones. A los trece años tocó completos los veinticuatro estudios de Chopin y ganó el primer lugar en el Concurso Internacional de Jóvenes Músicos Tchaikovsky de Japón.

Lang Lang y la fama.
En 1999, cuando tenía diecisiete años, tocó el Concierto para Piano Número Uno de Tchaikovsky con la Orquesta Sinfónica de Chicago, sustituyento en el último minuto a André Watts en el Festival “Gala de la Centuria” de Ravinia, .
El Tribune de Nueva York, le llamó el más grande y más excitante talento del teclado descubierto en muchos años. En 2001 hizo su debut en el Carnegie Hall con Yuri Temirkánov. También viajó a Pekín con la Orquesta de Filadelfia en una gira que celebraba su centésimo aniversario; durante el cual actuó para una audiencia de 8 mil personas en el Gran Salón del Pueblo. En ese mismo año hizo su aclamado debut en los Conciertos Sinfónicos de la BBC, a lo que la crítica del The Times de Londres escribió: “Lang Lang tuvo un éxito rotundo en el Royal Albert Hall... Esto bien podría ser historia en la actuación.” En 2003, volvió a los Conciertos Sinfónicos de la BBC para el concierto de Primera Noche con Leonard Slatkin.

Durante el 2007 Lang Lang hizo una aparición con Andrea Bocelli en la celebración de sus quince años de carrera con la canción “Io Ci Saró”. De igual manera, en 2008 participó en el disco de Andrea, Vivere Live in Tuscany y se presentó en el Teatro del Silenzio con las melodías “Io Ci Saró” y “Hungarian Rhapsody”.
Ahora trabaja junto con la Orquesta Sinfónica de YouTube haciendo uso de sus conocimientos para la selección de los nuevos músicos para la orquesta.


Con esto damos por terminada esta sección, espero que escuchen mucha y muy buena música.
Opiniones y sugerencias pueden ser enviadas siempre a: sibelius.triste@yahoo.ca
¡Bendiciones!

lunes, 7 de septiembre de 2009

Estilos de shodô




(Boletín ACIA, núm 5 nov-dic de 2006, Damian Adame)

El shodô (literalmente “camino de la caligrafía”, 書道, derivado del chino 书法 shufa, las reglas de la escritura) es el arte de la caligrafía en Japón, nacido desde la introducción de los caracteres chinos y su adopción como escritura oficial. En el estudio y la práctica, el shôdo se divide en varios estilos:A) Reisho (隷書, en chino Lishu): estilo de trazos rudos utilizado por los escribanos. Suele escribirse con pincel, destacando el inicio y final de cada trazo. Dentro del reisho hay dos estilos: el korei, y el hanrei. Se comenzó a utilizar en la dinastía Han (漢, かん206 aC a 220 dC) de china por las personas de bajo nivel, auque paralelamente se usaba aún el tensho (篆書) estilo originado en la era Quin (秦, しん).B) Kaisho (楷書, en chino Kaishu): este estilo surgió a finales de la dinastía Han tardía (後漢) y representa el origen de los diseños de letras para imprenta, lo cual lo ha hecho trascender a su época. Es el más común y se utiliza en los diarios, revistas y escritura personal. Sus trazos son rectos y angulosos.C) Sôsho (草書): literalmente “escritura de hierba”, corresponde a la escritura cursiva. Existen tres variantes de sôsho: rementa, que es curvilíneo conectado; dokusotai, que es discontinuo; y kiyosotai, una variante del anterior.
El sôsho tuvo mucha importancia en Japón por ser el que dio origen a la escritura kana. Estos últimos son una adaptación a partir de caracteres chinos para expresar fonéticamente las sílabas del japonés. D) Gyôsho (行書, en chino Xingshu): estilo semicursivo, parecido al kaisho pero con trazos más redondeados. Como los kanjis en kaisho son rectilíneos y angulados, y los kanas son curvilíneos, algunos calígrafos desarrollaron un sistema semicursivo para conseguir una mayor armonía entre ambos tipos de caracteres. El gyôsho y el sôsho surgieron durante la era Los Tres Reinos de China (220-280 dC).


Escríbelo en chino: habrá millones que te entenderán

(Columna de Fabián Robles Boletín ACIA 5, nov-dic de 2006.)

Durante el siglo XX, con la invención de las computadoras, muchas de las fantasías de dar órdenes verbales a máquinas inteligentes fueron tomando forma cuando estos "cerebros electrónicos" (como se les llama en chino) se devoraron a la máquina de escribir y a la televisión, para llegar a la forma que actualmente tienen. Cuando la computadora se comunicó con el ser humano por medio de una pantalla, se dio el primer careo del hombre con la máquina y fue necesaria la creación de una interfaz (de interacción y de rostro o faz, en inglés face) que permitió un diálogo entre el hombre y la máquina.

Las primeras interfaces consistían en escribir palabras o instrucciones para que la computadora ejecutara funciones. Era necesario que los usuarios memorizaran listas de vocabulario en inglés y las escribieran sin variaciones para entablar comunicación con los ordenadores; lo cual limitaba su uso a las personas interesadas y dispuestas a tener un entrenamiento específico para su manejo.

Años después junto con el mouse surgieron las interfaces visuales, que revolucionaron la comunicación con las computadoras, ya que están basadas en dibujos o iconos que al ser tocados permiten dar instrucciones sin necesidad de palabras. Lo que en un principio fue un complemento de los menús textuales, permitió la popularización del uso de las computadoras y dejar de lado las listas de instrucciones para indicar de una manera más directa lo que deseamos que la máquina haga.

Por ejemplo hoy, para ordenarle a una computadora que guarde la información que estamos procesando, sólo tenemos que tocar con el mouse el dibujo de un floppy disk que aparece en la pantalla. Aunque la computadora esté configurada en inglés, en árabe, en chino o en japonés, la acción será la misma, pero en la mente del usuario y en los instructivos, la palabra que se emplee para denominar tal acción será propia de cada idioma. Si un mexicano usa una computadora japonesa, dirá "guardar" aunque el sistema lo inteprete como "上書き保存". Es decir, éstas han trascendido el lenguaje hablado y han enfatizado su comunicación con el ser humano a través de la representación gráfica y las otras formas de ordenar, es decir seleccionar palabras en una lista, oprimir combinaciones de teclas o escribir las instrucciones y hasta dar órdenes verbales.

En español decimos guardar, por lo que la combinación de teclas para tal instrucción es: Ctrl + G; pero en inglés se dice save y la misma acción se logra a partir de Ctrl + S, lo cual hace menos universal este tipo de comunicación. Con el paso de los años, las formas de almacenar datos han cambiado y los otrora populares floppy disk son cada vez más difíciles de ver. Sin embargo, su imagen tan directa en su representación de la realidad se ha vuelto cada vez más abstracta.

Podemos decir que las nuevas generaciones de usuarios no habrán conocido los floppy disk como objetos, pero posiblemente tendrán que memorizar y asociar tal imagen a una función que seguirán necesitando y resolviendo a través de otros tipos de dispositivos.

Esta tecnología de comunicación icónica, jactancia de la gente de las últimas décadas, no es un invento nuevo. El uso de miles de caracteres chinos que se han empleado para escribir el chino, el japonés y el coreano en los últimos dos milenios, ha seguido un proceso similar al que hoy vemos con las computadoras.

Por la fuerte y prolongada influencia de China los otros países absorbieron la escritura, pero no alteraron grandemente sus idiomas hablados (salvo en cierto porcentaje del léxico). Cuando aprendemos una lengua extranjera es muy común decir: –aprenderé a hablar italiano–. Es el caso de los idiomas que se escriben por medio del abecedario latino, en el cual las letras sirven como un instrumento de conservación y reproducción de las palabras habladas. Son signos con valor fonético que al ser colocados en secuencia, nos permiten reproducir la "película" o la "grabación" de lo que hubiera expresado al hablar quien las escribió. Sin embargo, decir "hablar japonés o chino" nos deja la inquietud de si también leemos y escribimos japonés o chino.

Auque los idiomas influidos por la escritura china han creado escrituras vernáculas, la comodidad de los ideogramas chinos ha sido preferida, –a excepción de la reciente semiabolición de ellos en Corea–. Ello ha generado sociedades con índices prácticamente nulos de analfabetismo y de grandes cantidades de lectores.

Las críticas de quienes sostienen la tesis del antagonismo occidente civilizado-oriente exótico y adelanto-retraso civilizatorio; acerca del "retraso" de la prolija escritura china frente a las ventajas del sintético alfabeto, son cada vez menos sostenibles conforme la humanidad de la era de la información y la globalización, y sus computadoras se van dirigiendo (avanzando) por el mismo camino de comunicación visual (metalenguaje visual) que siguió el orbe chino en la antigüedad.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Asiste Miwa Sachiko a estudios para la elaboración de planes de clase de japonés.

Fabian Robles

Este verano, como cada año, la AMIJ (Asociación Mexicana del Idioma Japonés, AC) llevó a cabo el curso intensivo de verano para profesores de idioma japonés en México. 40 profesores de japonés de diversos estados de la república se congregaron en la ciudad de México en las instalaciones del centro cultural e informativo de la Embajada de Japón en México los días 7 y 8 de julio.




En esta ocasión se contó con la presencia de la profesora Miwa Sachiko, autora y coautora de diversos libros de enseñanza de japonés tales como Minna no Nihongo, Shin Nihongo no Kiso, Chuukyuu he ikoo, entre otros publicados por la empresa 3A Corporation.

La profesora Miwa hizo la donación de 20 libros de diversos títulos a las escuelas de idioma japonés de México. La biblioteca de ACIA fue favorecida con el libro de nivel intermedio Chuukyuu wo manaboo.

Los profesores de japonés de nuestro país tuvieron la oportunidad de compartir el estudio y la experiencia de la profesora Miwa quien se dedicó a fomentar la creatividad de cada docente en la planificación de dinámicas de clase. Además hizo una reflexión sobre cómo se han llevado hasta ahora las dinámicas de clase y sobre cómo mejorarlas. El curso estuvo enfocado al libro Minna no Nihongo (Lecciones 1 a 25).





Durante el curso la profesoras Karen Ishi de la Asociación México Japonesa e Ito Minako del Instituto de Intercambio Cultural México-Japonés AC de Guadalajara, expusieron algunas ideas y experiencias sobre el uso de este material didáctico en sus instituciones.Este curso fue realizado gracias al patrocinio de la Fundación Japón en México y el apoyo del Centro Cultural e Informativo de la Embajada de Japón en México así como la empresa editorial japonesa 3A Corporation. Felicitamos a los 3 profesores de la ACIA que participaron en este curso actualización y mejoramiento.






Enlaces:
www.kyoshikai.org.mx

EXPOSICIÓN DE TESHIMA TAIRIKU: BELLEZA Y PERFECCIÓN EN EL SHODÔ


Minoru
Distrito Federal, México
Domingo 23 de agosto de 2009 11:50


Pienso que independientemente de si se posee una gran habilidad o no, la esencia del arte de la caligrafía shodô es la búsqueda de la perfección, escribe en la presentación de su exposición Teshima Tairiku, hijo del reconocido caligrafista japonés Teshima Yûkei, quien presentó hoy su exposición de shodô En busca de la belleza en la caligrafía japonesa.


El acto se llevó a cabo en el Centro Cultural San Ángel, con presencia de gente especializada en el arte shodô y en la cultura japonesa en México. Se contó con la asistencia de Takeshita Sachiko, asesora de la Dirección Regional del Museo Memorial Hikaru; Susan Marcos Kanzas, profesora de la Universidad del Estado de Pittsburgh en Educación y Arte; del licenciado Fabián Robles, director de la Asociación Cultural para la Investigación de Asia, AC y de la productora de teatro Ida Akiko. Como presentación de la exposición, Takeshita dio ante la audiencia lectura a una carta de Teshima Tairiku justificando su ausencia en el evento. En dicho escrito Teshima rememora el 400 aniversario del intercambio cultural Japón-México, y la primera llegada mexicana al archipiélago japonés en 1609.


En sus palabras, Teshima se describió muy gratificado con el espíritu pionero de aquellos japoneses que hace 110 años pasaron numerosas dificultades para emigrar a México y externó su deseo de que esta exposición del auge de la caligrafía pueda contribuir al desarrollo de una verdadera amistad y sinceras relaciones entre ambos países.


Por su parte, Robles dio una breve explicación sobre el idioma japonés, y sobre el shodô y las diferentes técnicas que este arte posee, dando ejemplos en algunos trabajos presentados en la exposición.


Así mismo, Susan Marcos Kanzas, estudiosa de la obra de Teshima Tairiku por 4 años, dio una breve plática sobre el sentimiento que las obras transmiten, haciendo hincapié en que no se necesita del estudio profundo del idioma japonés para comprender la sensibilidad de estas, dando ejemplos en dos obras expuestas por Teshima.


El acto concluyó con un breve brindis acompañado de bocadillos y la invitación a recorrer la exposición.

Enlaces:
http://www.dokuritsu.or.jp/

ATRAPADOS ENTRE DOS CULTURAS: LOS KIKOKUSHIJO

Juan Antonio Yáñez

En la primaria, mis compañeros me llamaban “gaijin” (extranjera). También me decían así otros niños del rumbo y algunos maestros. Primero no me importaba, era divertido ser diferente. Eso lo aprendí en el kinder al que asistí en California, donde había mucha gente de distintas razas. Pero de repente, aquello ya no fue lo mismo. Yo estaba en un sitio donde me llamaban gaijin, lo cual era algo para sentirse avergonzada... te lo digo por la manera en que lo decía la gente.

Este es un fragmento de una entrevista de la socióloga australiana Gaynor Macdonald, a Akiko, una estudiante universitaria japonesa con una historia que es cada vez menos extraña. Como mucha gente, Akiko pasó parte de su infancia en el extranjero.

Según estadísticas oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores (gaimusho, 外務省), de 1990 hasta octubre del 2007 el número de residentes japoneses en el extranjero aumentó en 175%. La cifra más actual dice que fuera de Japón viven 1,085,671 japoneses cuya mayoría se concentra en Norteamérica (38.8%), Asia (26.4%), Europa (16.09%) y Sudamérica (7.92.7%). Las cinco naciones con más residentes japoneses son los Estados Unidos, China, Inglaterra, Australia y Brasil. Por si se lo pregunta, México está en el lugar 23 con 5,849 individuos. Por ciudad, tenemos que Los Angeles es la metrópoli que concentra la mayor densidad de japoneses, seguida por Nueva York, Shangai, Bangkok y Londres. La Ciudad de México, ocupa el lugar 47 con 2,486 individuos registrados.

Ese aumento de las cifras tiene una razón histórica, considerando la expansión de los capitales japoneses por todo el mundo. La historia se repite cada día; empleados de las grandes corporaciones sirven a su empresa dos o tres años en el extranjero y sus familias van con ellos a donde son requeridos. Y ¿qué sucede con los hijos? Ese problema explica la existencia de tantos colegios japoneses en el mundo. Sin embargo, a menudo no existe esa opción o no interesa a mucha gente. De hecho, según las estadísticas ahora hay casi 17 mil niños japoneses cursando la primaria y casi 7 mil cursando la secundaria en sistemas distintos al japonés. Se dice que los viajes ilustran y el contacto con otra cultura siempre es una experiencia gratificante. Sin embargo no lo es tanto cuando esto se convierte en un estigma; esta es la historia de los kikokushijo (帰国子女).

Kikokushijo es un término acuñado por los medios, el cual fluyó rápidamente al lenguaje cotidiano. Sus caracteres denotan a mujeres y niños que han regresado al país. Esta etiqueta implica una posición ambivalente. Por un lado, se es una persona impregnada de una cultura distinta, lo cual otorga un exotismo muy llamativo. Sin embargo, también se lleva la marca de la disrupción en un Japón que se aferra a la continuidad de los valores tradicionales.

Esto, según Akiko, no es una exageración. En un país donde la conformidad es la norma de la educación, si un niño pierde un año de escuela, deja de aprender patrones de comportamiento esperable; se pierde de normas de relación humana y de un conocimiento del mundo que habrían de compartir por lo menos parcialmente con los demás. Akiko menciona:

Creo que la gente asume que si eres japonés puedes comunicarte sin verbalizar lo que quieres decir. Pero conmigo, la gente tenía que hacer explícitas cosas que normalmente no hace. Como en una ocasión cuando estaba hablando sobre “la naturaleza”. Los japoneses parecen hablar del clima en términos generales pero no de elementos específicos de ésta. Una vez estaba caminando en silencio con una compañera en un jardín y me sentí obligada a comenzar una conversación. Yo dije algo como: ¡Oh, qué bonita flor! Ella se dijo sorprendida por mi comentario y lo atribuyó a que yo había vivido fuera. Supongo que ella hubiera hablado del jardín, pero nunca de la flor.

Su estatus frente al resto de la sociedad es ambiguo, lo cual crea tensión que puede llevar al conflicto y a la exclusión. Actitudes negativas, comentarios, burlas y problemas para encontrar empleo, son parte de los pormenores que enfrentan. Los kikokushijo encarnan una mezcla inestable de un Yo convertido en Otro, un Otro convertido en Yo. En su estilo “no muy japonés”, llevan la semilla del biculturalismo y de una vida cosmopolita. Para muchos, esa vida cosmopolita ha sido la clave para explotar las diferencias. Muchos son empleados por las empresas que valoran su conocimiento de otras lenguas y otras culturas; sin embargo otros ocultan esa parte de su identidad para evitar la pena de convertirse en el centro de los comentarios, las miradas y los juicios morales.

Las autoridades han creado programas de re-inserción de estas personas en el sistema educativo. El objetivo es que re-aprendan su lengua y las habilidades sociales de su cultura en un ambiente menos hostil. Hay también programas especiales de admisión en las universidades, asumiendo que ellos llegan a competir por un lugar en franca desventaja. No obstante; la “re-japonización” ha sido una empresa difícil, ya que muchos o no pueden pagar o no creen en las supuestas ventajas de la asimilación. Por otro lado, en la medida que las fronteras se han hecho difusas, muchos otros japoneses han salido en busca de oportunidades que no encuentran en casa. Unos estudian la universidad, otros optan por enseñar japonés, otros se casan y forman matrimonios internacionales y ellos tampoco quedan exentos de problemas al reinsertarse en su propia sociedad.

Siguiendo a Macdonald, si en verdad existe un problema ¿de quién es este problema? Normalmente se asume que el problema recae en el individuo que regresa y detrás de ese implícito se asoma la ambivalencia de Japón ante la internacionalización de su sociedad. Sin embargo, el panorama no es oscuro, considerando que la sociedad tiende a crear nuevos patrones culturales. Como se mencionó, muchos kikokushijo son valorados por sus habilidades biculturales lo cual implica una oportunidad para adherir nuevos significados a su figura, romper con el estigma de la diferencia y contribuir a la consolidación de una sociedad japonesa sobre una base multicultural.

Referencias:
平成19年の海外在留邦人数調査統計
En: http://www.mofa.go.jp/MOFAJ/toko/tokei/hojin/08/index.html

Macdonald, G. & Kowatari, A. (1995) A Non-Japanese Japanese: On Being a Returnee. En: Maher, J. & Macdonald, G. (1995). Diversity in Japanese Culture and Language. London: Kegan Paul International.

UNA FOTOGRAFÍA DEL ALMA

Elizabéth Salomón.


Shodô, literalmente “camino de la escritura”, es la palabra que denomina a un antiguo arte de caligrafía japonesa. La caligrafía, arte de escribir con letra bella y correctamente formada, es una actividad que en nuestra cultura prácticamente ha caído en desuso; sin embargo en Japón se sigue practicando como una más de sus ancestrales tradiciones.

El camino de la escritura es una vía de introspección, es un camino al yo interno. Se trata de una actividad cotidiana convertida en arte y filosofía, meditación y autoconocimiento. Es por ello que el calígrafo debe compenetrarse, fusionarse con su arte, mirando hacia su interior para realizar su obra. El pincel, flexible y adaptable, casi orgánico, es la prolongación viva del artista; por lo que la peculiaridad principal del Shodô es un trazo fluido, natural, sin correcciones, pues el trazo aparentemente imperfecto, si es espontáneo, posee un gran valor estético. Cualquier corrección al trazo original arruina la obra del calígrafo.

La práctica del shodô no persigue la mera estética gráfica, sino la expresión de nuestras emociones más ínti- mas, esas que resultan de la interacción con nuestro entorno; por tanto, la caligrafía es la imagen del alma. En lo escrito queda plasmada indefectiblemente nuestra personalidad, riqueza, belleza y profundidad espiritual individual. En el trazo se expresa el ánimo, grado de delicadeza o vigor del ejecutante. Los versados en este arte dicen, y con razón, que la habilidad en la caligrafía depende del espíritu y de la energía con la que se ejecuta. Ya desde la antigüedad, se creía que la forma en que una persona utilizaba su pincel indicaba con mucha claridad su sensibilidad, educación, personalidad y espiritualidad. La caligrafía de cada persona era como una huella que no indicaba quién era, sino cómo era, a pesar de que sus títulos, ropa o modales proyectasen un envoltorio hipócrita.

Pero el camino de la escritura no se limita a lo dicho hasta ahora, no sólo expresa la naturaleza interna del ejecu- tante, su carácter y su autenticidad. Otro rasgo retratado por el pincel es el estado anímico de quien produjo el trazo, su disposición y actitud, los sentimientos y sensaciones que experimentó en el instante exacto de escribir. Es esa combinación única e irrepetible de elementos lo que caracteriza al arte caligráfico del shodô: la unión de sentimientos, carácter, concentración, personalidad y circunstancia, plasmada en un trazo auténtico, espontáneo, sin correcciones. Es este el objetivo del shodô, mostrar la esencia de la persona. Es una fotografía del ser interno del calígrafo y como en toda fotografía, sus mismos rasgos se plasman cada vez; pero al mismo tiempo cambia su pose, su ánimo, su expresión, también su edad y experiencia, su madurez se hacen visibles en cada nuevo retrato. Y con ese autorretrato, lo inmaterial, lo invisible de quien escribe se hace visible a quienes observan. Cada trazo, cada ideograma, cada texto es único... es una fotografía del alma del artista.

jueves, 27 de agosto de 2009

Primer Curso de Formación de Profesores de Chino en México







(Nota: Fabián Robles, agradecemos la valiosa información proporcionada por la Lic. Jenny Acosta)

Después de meses de preparativos este verano se realzó el Primer curso de formación de profesores de chino en México (墨西哥第一届汉语教师培训短期班) en el Instituto Confucio de la Universidad Nacional Autónoma de México con una asistencia de 40 profesores de lengua china de diversas escuelas.

El curso estuvo impartido por 3 profesores especialistas en la enseñanza del chino para extranjeros, de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing. Durante dos semanas en 50 horas de curso los profesores de chino tuvieron la oportunidad de aprender sobre técnicas de enseñanza, de reflexionar y aprender sobre los temas problemáticos del idioma chino.



La certificación a los profesores que participaron en este curso dependió de los resultados de un examen el cual fue aprobado por 19 participantes. Felicitamos a nuestros profesores Wang Qi, Zhang Jinjing y Guillermo Espinosa por su participación y por haber obtenido esta certificación.

El curso realizado del 20 al 30 de julio comenzó a organizarse desde febrero de este año y estuvo a cargo de la Lic. Jenny Acosta Trujillo, Directora del Instituto Confucio de la UNAM. Se llevó a cabo gracias al patrocinio de Hanban, la Embajada de China en México y de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing. A pesar de la desestabilización social generada por el brote de influenza en nuestro país en el mes de mayo este curso pudo llevarse a cabo y ser todo un éxito.

¡Enhorabuena para todos estudiantes de idioma chino en México!